Allí pudimos ver y comparar los objetos y tradiciones de otros países, así como dulces y comidas.
Pudimos comprobar las diferencias entre los distintos países que ahí se concentraron, destacando, personalmente, el colorido y vitalidad de Perú. Era impresionante la cantidad de colores y combinaciones encontradas en las prendas, muñecos y demás complementos peruanos.
También pudimos probar los distintos dulces de los diferentes países, descubriendo así nuevos sabores y sensaciones.
Por último, en el centro del recinto, vimos diferentes vestidos de carnaval confeccionados por diseñadores canarios, así como el vestido que lució la Reina del Carnaval de este año.
Fue una experiencia divertida.
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